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Ciertamente sus días están determinados y el número de sus meses depende de ti. Tú le has fijado sus límites, los cuales no podrá traspasar.
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Aparta de él tu mirada, y que descanse hasta que, cual un jornalero, haya disfrutado su día.
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»Porque para el árbol hay esperanza; si es cortado, se renovará y su retoño no dejará de ser.
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Aunque su raíz se envejece en la tierra y su tronco muere en el suelo,
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al percibir el agua reverdecerá y echará ramas como planta.
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Pero el hombre muere y desaparece; el hombre expira, ¿y dónde estará?
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Se agotan las aguas de un lago, y un río mengua y se seca;
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así yace el hombre y no se vuelve a levantar. Hasta que no haya más cielos, no lo despertarán ni lo levantarán de su sueño.
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