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»Mi espíritu está atribulado; mis días se extinguen. El sepulcro está preparado para mí.
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No hay conmigo sino burladores, y mis ojos contemplan su hostilidad.
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Por favor, deposita contigo una fianza para mí. ¿Quién me estrechará la mano?
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Porque has cerrado su corazón al entendimiento; por tanto, no los enaltecerás.
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Los que por recompensa denuncian a sus amigos, aun los ojos de sus hijos desfallecerán.
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»Él me ha expuesto como refrán a los pueblos; ante ellos soy uno a quien escupen en la cara.
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Mis ojos se han debilitado por la angustia; todos mis miembros son como una sombra.
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