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Aunque espere, el Seol será mi casa; tenderé mi cama en las tinieblas.
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A la fosa digo: “Tú eres mi padre”, y a los gusanos: “Mi madre y mi hermana”.
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¿Dónde está, entonces, mi esperanza? Y mi bien, ¿quién lo verá?
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Descenderán al poder del Seol, pues juntos bajaremos hasta el polvo.
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