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— ¿Cuándo pondrán fin a las palabras? Reflexionen primero, y después hablaremos.
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¿Por qué somos tenidos por animales y por impuros ante sus ojos?
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¡Oh, el que despedaza su alma con su furor! ¿Será abandonada la tierra por tu causa? ¿Será removida la peña de su lugar?
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»Ciertamente se extingue la luz de los impíos y no resplandece la lumbre de su fuego.
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