-
Mis huesos se pegan a mi piel y a mi carne; he escapado apenas con la piel de mis dientes.
-
»¡Compadézcanse ustedes de mí! ¡Compadézcanse de mí, oh amigos míos! Porque la mano de Dios me ha tocado.
-
¿Por qué me persiguen como lo hace Dios? ¿No se satisfacen con mi carne?
Continúa después de la publicidad