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»Aunque el mal sea dulce en su boca y lo esconda debajo de su lengua,
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aunque lo guarde y no lo deje ir sino que lo retenga en su paladar,
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con todo su comida se descompondrá en sus entrañas; veneno de áspides habrá dentro de él.
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Devoró riquezas pero las vomitará; Dios las sacará de su vientre.
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Chupará veneno de áspides; lo matará la lengua de la víbora.
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No verá los arroyos, los ríos fluyendo miel y leche.
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Devolverá el fruto de su labor sin haberlo tragado; no gozará de la utilidad de sus negocios.
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