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Vuelvan la cara hacia mí y horrorícense; pongan la mano sobre la boca.
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Aun cuando recuerdo, me espanto; y el estremecimiento se apodera de mi carne.
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»¿Por qué viven los impíos y se envejecen, y además crecen en riquezas?
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Sus descendientes se establecen delante de ellos; sus vástagos permanecen ante sus ojos.
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