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»¿Para qué darle luz al que sufre, y vida a los de alma amargada;
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a los que esperan la muerte, y no llega aunque la busquen más que a tesoros enterrados;
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a los que se alegran ante el gozo y se regocijan cuando hallan el sepulcro;
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al hombre cuyo camino está escondido, y a quien Dios ha cercado?
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