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Los terrores se han vuelto contra mí; mi honor es perseguido como por el viento, y ha pasado como la nube mi prosperidad.
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»Ahora mi alma se derrama en mí; los días de la aflicción se han apoderado de mí.
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La noche me taladra los huesos, y los que me corroen no reposan.
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Con gran fuerza es desfigurada mi vestidura; me aprieta como el cuello de mi túnica.
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