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»He hecho un pacto con mis ojos; ¿cómo, pues, hubiera podido fijar la mirada en una virgen?
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¿Cuál sería entonces la porción que Dios me daría desde arriba, la heredad que da el Todopoderoso desde lo alto?
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¿Acaso no habrá desgracia para el maligno e infortunio para los que obran iniquidad?
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¿Acaso no ve él mis caminos y cuenta todos mis pasos?
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»Si he andado con la vanidad y mi pie se ha apresurado al engaño,
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entonces que Dios me pese en la balanza de justicia y conozca así mi integridad.
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Si mi paso se apartó del camino y mi corazón se fue en pos de mis ojos, o si alguna mancha se pegó a mis manos,
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entonces que otro coma lo que yo siembre, y sea desarraigado lo que plante.
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