Explicación, estudio y comentario bíblico de Job 31:35-36 verso por verso
¡Oh, si yo tuviera quién me oyera! »He aquí mi firma. ¡Que el Todopoderoso me responda! ¡Que mi adversario escriba un acta contra mí!
Ciertamente yo la llevaría sobre el hombro, y me la ceñiría cual corona.