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»Si mi corazón ha sido seducido con respecto a una mujer, y si he acechado a la puerta de mi prójimo,
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entonces que muela para otro mi mujer, y sean otros los que se inclinen sobre ella.
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Porque aquello sería una infamia y un delito digno de castigo.
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Sería un fuego que devoraría hasta la completa destrucción, y desarraigaría toda mi producción.
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