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He aquí, he esperado las palabras de ustedes; he escuchado sus razones mientras rebuscaban qué decir.
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Yo les he prestado atención, pero he aquí que ninguno de ustedes ha logrado reprobar a Job o responder a sus dichos.
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No sea que digan: “Hemos hallado la sabiduría; Dios lo refutará, no el hombre”.
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Él no dirigió sus palabras a mí, ni yo le responderé con los dichos de ustedes.
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»Se desconcertaron; no volvieron a responder; se les fueron los razonamientos.
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¿He de esperar porque ellos no hablan, porque pararon y no respondieron más?
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Yo también responderé mi parte; yo también expresaré mi parecer.
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Porque estoy lleno de palabras, y me impulsa mi espíritu dentro de mí.
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He aquí que mi interior es como vino sin respiradero, y, como odres nuevos, va a reventar.
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Hablaré, pues, y hallaré desahogo; abriré mis labios y responderé.
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Yo no haré distinción de personas, a ningún hombre adularé.
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Porque nunca he sabido adular; mi Hacedor me llevaría en breve.