-
No sea que digan: “Hemos hallado la sabiduría; Dios lo refutará, no el hombre”.
-
Él no dirigió sus palabras a mí, ni yo le responderé con los dichos de ustedes.
-
»Se desconcertaron; no volvieron a responder; se les fueron los razonamientos.
-
¿He de esperar porque ellos no hablan, porque pararon y no respondieron más?
-
Yo también responderé mi parte; yo también expresaré mi parecer.
-
Porque estoy lleno de palabras, y me impulsa mi espíritu dentro de mí.
-
He aquí que mi interior es como vino sin respiradero, y, como odres nuevos, va a reventar.
-
Hablaré, pues, y hallaré desahogo; abriré mis labios y responderé.
Continúa después de la publicidad