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»Se desconcertaron; no volvieron a responder; se les fueron los razonamientos.
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¿He de esperar porque ellos no hablan, porque pararon y no respondieron más?
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Yo también responderé mi parte; yo también expresaré mi parecer.
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Porque estoy lleno de palabras, y me impulsa mi espíritu dentro de mí.
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He aquí que mi interior es como vino sin respiradero, y, como odres nuevos, va a reventar.
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Hablaré, pues, y hallaré desahogo; abriré mis labios y responderé.
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