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Entonces abre el oído de los hombres y sella la instrucción para ellos,
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para apartar al hombre de lo que hace, para destruir la arrogancia del varón,
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para librar su alma de la fosa y su vida de ser traspasada por la lanza.
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ȃl es reprendido con dolor sobre su lecho y con constante dolor en sus huesos.
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Hacen que su vida aborrezca el alimento; y su alma, su comida favorita.
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Su carne se consume hasta dejar de ser vista, y aparecen sus huesos que no se veían.
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Su alma se acerca a la fosa, y su vida a los que causan la muerte.
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»Oh, si hubiese a su lado un ángel, un intercesor, uno entre mil, para declarar al hombre lo que le es recto,
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