-
Entonces abre el oído de los hombres y sella la instrucción para ellos,
-
para apartar al hombre de lo que hace, para destruir la arrogancia del varón,
-
para librar su alma de la fosa y su vida de ser traspasada por la lanza.
-
ȃl es reprendido con dolor sobre su lecho y con constante dolor en sus huesos.
-
Hacen que su vida aborrezca el alimento; y su alma, su comida favorita.
-
Su carne se consume hasta dejar de ser vista, y aparecen sus huesos que no se veían.
-
Su alma se acerca a la fosa, y su vida a los que causan la muerte.
-
»Oh, si hubiese a su lado un ángel, un intercesor, uno entre mil, para declarar al hombre lo que le es recto,
-
y que, al ser favorecido por la gracia, dijese: “Líbralo de descender a la fosa, pues le he hallado rescate”.
-
Entonces su carne volvería a ser más tierna que en su adolescencia, y volvería a los días de su juventud.
-
Oraría a Dios, y le sería favorable. Vería su rostro con gritos de júbilo, y Dios restituiría al hombre su justicia.
-
Cantaría entre los hombres diciendo: “Yo había pecado y pervertido lo recto, y no me fue retribuido.
-
Él libró mi alma de pasar a la fosa, y mi vida verá la luz”.
-
»He aquí, Dios hace todas estas cosas con el hombre, dos y tres veces,
-
para restaurar su alma de la fosa y para iluminarlo con la luz de la vida.