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“¿Será el hombre más justo que Dios? ¿Será el varón más puro que su Hacedor?
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Si Dios no se fía ni de sus siervos y aun en sus ángeles halla errores,
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¡cuánto más los que habitan en casas de barro, cuyos fundamentos están en el polvo, serán aplastados más pronto que la polilla!
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De la mañana a la tarde son triturados; sin que nadie los considere, se pierden para siempre.
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¿Acaso no serán arrancadas las cuerdas de sus tiendas? En ellas mueren, pero sin sabiduría”.
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