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Entonces el SEÑOR respondió a Job desde el torbellino y dijo:
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— Cíñete, pues, los lomos como un hombre; yo te preguntaré, y tú me lo harás saber:
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¿Acaso invalidarás mi juicio? ¿Me condenarás a mí para justificarte tú?
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¿Tienes tú un brazo como el de Dios? ¿Y truenas con una voz como la de él?
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Adórnate, pues, de majestad y alteza; vístete de gloria y esplendor.
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Difunde la indignación de tu furor; mira a todo soberbio y humíllalo.
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Mira a todo soberbio y somételo; pisotea a los impíos en su sitio.
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Entiérralos juntos en el polvo; encierra sus rostros en lugares ocultos.
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Entonces yo también reconoceré que tu mano derecha te dará la victoria.
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