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¿Acaso invalidarás mi juicio? ¿Me condenarás a mí para justificarte tú?
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¿Tienes tú un brazo como el de Dios? ¿Y truenas con una voz como la de él?
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Adórnate, pues, de majestad y alteza; vístete de gloria y esplendor.
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Difunde la indignación de tu furor; mira a todo soberbio y humíllalo.
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