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He aquí que toda esperanza del hombre se frustra porque ante su solo aspecto uno cae hacia atrás.
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Nadie hay tan osado que lo despierte. ¿Quién podrá presentarse delante de él?
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¿Quién me ha dado primero para que yo le restituya? ¡Todo lo que hay debajo del cielo, mío es!
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»No guardaré silencio acerca de sus miembros, ni de sus proezas, ni de su gallarda figura.
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