-
Cuando digo: “Mi cama me consolará, mi lecho aliviará mis quejas”,
-
entonces me aterras con sueños y me turbas con visiones.
-
Y así mi alma prefiere la asfixia y la muerte, antes que estos mis huesos.
-
¡Me deshago! No he de vivir para siempre. ¡Déjame, pues mis días son vanidad!
-
»¿Qué es el hombre, para que lo engrandezcas y para que te preocupes de él;
-
para que lo visites cada mañana, y para que a cada instante lo pongas a prueba?
Continúa después de la publicidad