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Si él cruza junto a mí yo no lo veo; él pasa sin que yo lo perciba.
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Si él arrebata, ¿quién lo hará desistir? ¿Quién le dirá: “¿Qué haces?”?
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Dios no detendrá su ira; bajo él se postran los que ayudan a Rahab.
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»¿Cómo, pues, podré responderle? ¿Podré yo escoger mis palabras para con él?
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Aun siendo justo, no podría responderle; más bien, pediría clemencia en mi causa.
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Si yo le invocara y él me respondiese, yo no podría creer que escuchara mi voz.
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Porque me aplasta con tormenta, y aumenta mis heridas sin causa.
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No me deja cobrar aliento sino que me colma de amarguras.
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