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— Ciertamente yo sé que es así. ¿Y cómo se ha de justificar un hombre ante Dios?
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Si uno quisiera contender con él, no le podría responder una sola cosa entre mil.
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Él es sabio de corazón y poderoso en fuerza. ¿Quién se ha endurecido contra él y ha salido ileso?
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