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entonces me turban todos mis dolores; sé que no me tendrás por inocente.
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Yo he sido declarado culpable; entonces, ¿para qué fatigarme en vano?
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Aunque me bañe con jabón y limpie mis manos con lejía,
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aun así me hundirás en el hoyo, y me abominarán mis vestiduras.
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»Porque él no es hombre como yo para que le responda y para que juntos vengamos a juicio.
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No hay entre nosotros un árbitro que ponga su mano sobre ambos.
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