Explicación, estudio y comentario bíblico de Josué 24:19-28 verso por verso
Entonces Josué dijo al pueblo: — No podrán servir al SEÑOR, porque él es un Dios santo y un Dios celoso. Él no soportará sus rebeliones ni sus pecados.
Si ustedes dejan al SEÑOR y sirven a dioses extraños, él se volverá y los castigará, y los exterminará después de haberles hecho bien.
Entonces el pueblo dijo a Josué: — ¡No, sino que al SEÑOR serviremos!
Josué respondió al pueblo: — Ustedes son testigos contra ustedes mismos, de que han escogido al SEÑOR para servirle. Ellos respondieron: — ¡Sí, somos testigos!
Josué dijo: — Quiten, pues, ahora los dioses extraños que están en medio de ustedes, e inclinen su corazón al SEÑOR Dios de Israel.
Y el pueblo respondió a Josué: — ¡Al SEÑOR nuestro Dios serviremos, y su voz obedeceremos!
Aquel mismo día Josué hizo un pacto con el pueblo, y les dio leyes y decretos en Siquem.
Josué escribió estas palabras en el libro de la Ley de Dios. Y tomando una gran piedra, la erigió allí debajo de la encina que estaba junto al santuario del SEÑOR.
Luego Josué dijo a todo el pueblo: — He aquí, esta piedra será un testigo contra nosotros. Ella ha escuchado todas las palabras que el SEÑOR nos ha hablado. Será, pues, testigo contra ustedes, no sea que nieguen a su Dios.
Después Josué despidió al pueblo, cada uno a su heredad.