Explicación, estudio y comentario bíblico de Josué 8:30-35 verso por verso
Entonces Josué edificó en el monte Ebal un altar al SEÑOR Dios de Israel,
como Moisés siervo del SEÑOR había mandado a los hijos de Israel y como está escrito en el libro de la ley de Moisés: un altar de piedras sin labrar sobre las cuales nadie había alzado herramientas de hierro. Sobre él ofrecieron holocaustos al SEÑOR e hicieron sacrificios de paz.
También escribió allí sobre las piedras, en presencia de los hijos de Israel, una copia de la ley de Moisés, que él había escrito.
Y todo Israel, sus ancianos, oficiales y jueces, tanto extranjeros como naturales, estaban de pie a ambos lados del arca delante de los sacerdotes levitas que llevaban el arca del pacto del SEÑOR. La mitad de ellos estaba hacia el monte Gerizim y la otra mitad hacia el monte Ebal, de la manera que Moisés siervo del SEÑOR lo había mandado, para que bendijeran primeramente al pueblo de Israel.
Después de esto, leyó todas las palabras de la ley, las bendiciones y las maldiciones, conforme a todo lo que está escrito en el libro de la Ley.
No hubo palabra alguna de todas las cosas que mandó Moisés, que Josué no leyera delante de toda la congregación de Israel, incluyendo las mujeres, los niños y los extranjeros que vivían entre ellos.