Explicación, estudio y comentario bíblico de Juan 1:29-43 verso por verso
Al día siguiente, Juan vio a Jesús que venía hacia él y dijo: — ¡He aquí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo!
Este es aquel de quien dije: “Después de mí viene un hombre que ha llegado a ser antes de mí porque era primero que yo”.
Yo no lo conocía; pero para que él fuera manifestado a Israel, por eso vine yo bautizando en agua.
Juan dio testimonio diciendo: — He visto al Espíritu que descendía del cielo como paloma, y posó sobre él.
Yo no lo conocía, pero el que me envió a bautizar en agua me dijo: “Aquel sobre quien veas descender el Espíritu y posar sobre él, este es el que bautiza en el Espíritu Santo”.
Yo lo he visto y he dado testimonio de que este es el Hijo de Dios.
Al día siguiente, de nuevo estaba Juan con dos de sus discípulos.
Al ver a Jesús que andaba por allí, dijo: — ¡He aquí el Cordero de Dios!
Los dos discípulos lo oyeron hablar y siguieron a Jesús.
Jesús, al darse vuelta y ver que lo seguían, les dijo: — ¿Qué buscan? Y ellos le dijeron: — Rabí — que significa maestro — , ¿dónde moras?
Les dijo: — Vengan y vean. Por lo tanto, fueron y vieron dónde moraba; y se quedaron con él aquel día, porque eran como las cuatro de la tarde.
Andrés, el hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que habían oído a Juan y habían seguido a Jesús.
Este encontró primero a su hermano Simón y le dijo: — Hemos encontrado al Mesías (que significa Cristo).
Él lo llevó a Jesús y, al verlo, Jesús le dijo: — Tú eres Simón hijo de Jonás. Tú serás llamado Cefas (que significa piedra).
Al día siguiente, Jesús quiso salir para Galilea y encontró a Felipe. Y Jesús le dijo: — Sígueme.