Explicación, estudio y comentario bíblico de Juan 10:19-29 verso por verso
Hubo división otra vez entre los judíos a causa de estas palabras,
y muchos de ellos decían: — Demonio tiene y está fuera de sí. ¿Por qué lo escuchan?
Otros decían: — Estas palabras no son las de un endemoniado. ¿Podrá un demonio abrir los ojos de los ciegos?
Se celebraba entonces la fiesta de la Dedicación en Jerusalén. Era invierno,
y Jesús andaba en el templo por el pórtico de Salomón.
Entonces lo rodearon los judíos y le dijeron: — ¿Hasta cuándo nos tendrás en suspenso? Si tú eres el Cristo dínoslo abiertamente.
Jesús les contestó: — Se lo he dicho y no creen. Las obras que yo hago en nombre de mi Padre, estas dan testimonio de mí.
Pero ustedes no creen porque no son de mis ovejas.
Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen.
Yo les doy vida eterna, y no perecerán jamás, y nadie las arrebatará de mi mano.
Mi Padre, que me las ha dado, es mayor que todos y nadie las puede arrebatar de las manos del Padre.