Explicación, estudio y comentario bíblico de Juan 10:6-21 verso por verso
Jesús les dijo esta figura, pero ellos no entendieron qué era lo que les decía.
Entonces Jesús les habló de nuevo: “De cierto, de cierto les digo que yo soy la puerta de las ovejas.
Todos los que vinieron antes de mí eran ladrones y asaltantes, pero las ovejas no los oyeron.
Yo soy la puerta. Si alguien entra por mí será salvo; entrará, saldrá y hallará pastos.
El ladrón no viene sino para robar, matar y destruir. Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.
Yo soy el buen pastor; el buen pastor pone su vida por las ovejas.
Pero el asalariado, que no es el pastor y a quien no le pertenecen las ovejas, ve que viene el lobo, abandona las ovejas y huye; y el lobo arrebata y esparce las ovejas.
Huye porque es asalariado y a él no le importan las ovejas.
Yo soy el buen pastor y conozco mis ovejas, y las mías me conocen.
Como el Padre me conoce, yo también conozco al Padre y pongo mi vida por las ovejas.
“También tengo otras ovejas que no son de este redil. A ellas también me es necesario traer, y oirán mi voz. Así habrá un solo rebaño y un solo pastor.
Por esto me ama el Padre, porque yo pongo mi vida para volverla a tomar.
Nadie me la quita, sino que yo la pongo de mí mismo. Tengo poder para ponerla y tengo poder para volverla a tomar. Este mandamiento recibí de mi Padre”.
Hubo división otra vez entre los judíos a causa de estas palabras,
y muchos de ellos decían: — Demonio tiene y está fuera de sí. ¿Por qué lo escuchan?
Otros decían: — Estas palabras no son las de un endemoniado. ¿Podrá un demonio abrir los ojos de los ciegos?