Explicación, estudio y comentario bíblico de Juan 11:33-38 verso por verso
Entonces Jesús, al verla llorando y al ver a los judíos que habían venido junto con ella también llorando, se conmovió en espíritu y se turbó.
Y dijo: — ¿Dónde lo han puesto? Le dijeron: — Señor, ven y ve.
Jesús lloró.
Entonces dijeron los judíos: — Miren cómo lo amaba.
Pero algunos de ellos dijeron: — ¿No podía este, que abrió los ojos al ciego, hacer también que Lázaro no muriese?
Jesús, conmovido otra vez dentro de sí, fue al sepulcro. Era una cueva, y tenía puesta una piedra contra la entrada.