• Juan 11:37

    Pero algunos de ellos dijeron: — ¿No podía este, que abrió los ojos al ciego, hacer también que Lázaro no muriese?

  • Juan 11:38

    Jesús, conmovido otra vez dentro de sí, fue al sepulcro. Era una cueva, y tenía puesta una piedra contra la entrada.

  • Juan 11:39

    Jesús dijo: — Quiten la piedra. Marta, la hermana del que había muerto, le dijo: — Señor, hiede ya porque tiene cuatro días.

  • Juan 11:40

    Jesús le dijo: — ¿No te dije que si crees verás la gloria de Dios?

  • Juan 11:41

    Luego quitaron la piedra, y Jesús alzó los ojos arriba y dijo: — Padre, te doy gracias porque me oíste.

  • Juan 11:42

    Yo sabía que siempre me oyes pero lo dije por causa de la gente que está alrededor, para que crean que tú me has enviado.

  • Juan 11:43

    Habiendo dicho esto, llamó a gran voz: — ¡Lázaro, ven fuera!

  • Juan 11:44

    Y el que había estado muerto salió, atados los pies y las manos con vendas, y su cara envuelta en un sudario. Jesús les dijo: — Desátenlo y déjenlo ir.

  • Juan 11:45

    Muchos de los judíos que habían venido a María y habían visto lo que había hecho Jesús, creyeron en él.

  • Juan 11:46

    Pero algunos de ellos fueron a los fariseos y les dijeron lo que Jesús había hecho.

  • Juan 11:47

    Entonces los principales sacerdotes y los fariseos reunieron al Sanedrín y decían: — ¿Qué hacemos? Pues este hombre hace muchas señales.

  • Juan 11:48

    Si lo dejamos seguir así todos creerán en él; y vendrán los romanos y destruirán nuestro lugar y nuestra nación.

  • Juan 11:49

    Entonces uno de ellos, Caifás, que era sumo sacerdote en aquel año, les dijo: — Ustedes no saben nada;

  • Juan 11:50

    ni consideran que les conviene que un solo hombre muera por el pueblo, y no que perezca toda la nación.

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