Explicación, estudio y comentario bíblico de Juan 12:3-20 verso por verso
Entonces María, habiendo traído como medio litro de perfume de nardo puro de mucho valor, ungió los pies de Jesús y los limpió con sus cabellos. Y la casa se llenó con el olor del perfume.
Pero uno de sus discípulos, Judas Iscariote, el que estaba por entregarle, dijo:
— ¿Por qué no fue vendido este perfume por casi un año de salario y dado a los pobres?
Pero dijo esto, no porque le importaban los pobres sino porque era ladrón y, teniendo la bolsa a su cargo, sustraía de lo que se echaba en ella.
Entonces Jesús dijo: — Déjala. Para el día de mi sepultura ha guardado esto.
Porque a los pobres siempre los tienen con ustedes, pero a mí no siempre me tienen.
Entonces mucha gente de los judíos se enteró de que él estaba allí y fueron, no solo por causa de Jesús sino también para ver a Lázaro a quien él había resucitado de entre los muertos.
Pero los principales sacerdotes resolvieron matar también a Lázaro
porque, por causa de él, muchos de los judíos se apartaban y creían en Jesús.
Al día siguiente, cuando oyó que Jesús venía a Jerusalén, la gran multitud que había venido a la fiesta
tomó ramas de palmera y salió a recibirlo, y lo aclamaba a gritos: “¡Hosanna! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor, el Rey de Israel!”.
Habiendo encontrado Jesús un borriquillo, montó sobre él como está escrito:
No temas, hija de Sion. ¡He aquí tu Rey viene, sentado sobre una cría de asna!.
Sus discípulos no entendieron estas cosas al principio. Pero cuando Jesús fue glorificado, entonces se acordaron de que estas cosas estaban escritas acerca de él, y de que estas cosas le hicieron a él.
La gente que estaba con él daba testimonio de cuando llamó a Lázaro del sepulcro y lo resucitó de entre los muertos.
Por esto también la multitud salió a recibirlo, porque oyó que él había hecho esta señal.
Entonces los fariseos dijeron entre sí: — Vean que nada ganan. ¡He aquí el mundo se va tras él!
Había ciertos griegos entre los que habían subido a adorar en la fiesta.