• Juan 13:6

    Entonces llegó a Simón Pedro y este le dijo: — Señor, ¿tú me lavas los pies a mí?

  • Juan 13:7

    Respondió Jesús y le dijo: — Lo que yo hago tú no lo entiendes ahora pero lo comprenderás después.

  • Juan 13:8

    Pedro le dijo: — ¡Jamás me lavarás los pies! Jesús le respondió: — Si no te lavo no tienes parte conmigo.

  • Juan 13:9

    Le dijo Simón Pedro: — Señor, entonces, no solo mis pies sino también las manos y la cabeza.

  • Juan 13:10

    Le dijo Jesús: — El que se ha lavado no tiene necesidad de lavarse más que los pies pues está todo limpio. Ya ustedes están limpios, aunque no todos.

  • Juan 13:11

    Porque sabía quién lo entregaba por eso dijo: “No todos están limpios”.

  • Juan 13:12

    Así que, después de haberles lavado los pies, tomó su manto, se volvió a sentar a la mesa y les dijo: — ¿Entienden lo que les he hecho?

  • Juan 13:13

    Ustedes me laman Maestro y Señor y dicen bien, porque lo soy.

  • Juan 13:14

    Pues bien, si yo, el Señor y el Maestro, lavé sus pies, también ustedes deben lavarse los pies los unos a los otros.

  • Juan 13:15

    Porque ejemplo les he dado para que, así como yo se los hice, ustedes también lo hagan.

  • Juan 13:16

    De cierto, de cierto les digo que el siervo no es mayor que su señor ni tampoco el apóstol es mayor que el que lo envió.

  • Juan 13:17

    Si saben estas cosas, bienaventurados son si las hacen.

  • Juan 13:18

    No hablo así de todos ustedes. Yo sé a quiénes he elegido; pero para que se cumpla la Escritura: El que come pan conmigo levantó contra mí su talón.

  • Juan 13:19

    Desde ahora les digo, antes de que suceda, para que cuando suceda crean que Yo Soy.

  • Juan 13:20

    De cierto, de cierto les digo que el que recibe al que yo envío a mí me recibe; y el que a mí me recibe, recibe al que me envió.

  • Juan 13:21

    Después de haber dicho esto, Jesús se conmovió en espíritu y testificó diciendo: — De cierto, de cierto les digo que uno de ustedes me va a entregar.

  • Juan 13:22

    Entonces los discípulos se miraban unos a otros dudando de quién hablaba.

  • Juan 13:23

    Uno de sus discípulos, a quien Jesús amaba, estaba a la mesa recostado junto a Jesús.

  • Juan 13:24

    A él Simón Pedro le hizo señas para que preguntara quién era aquel de quien hablaba.

  • Juan 13:25

    Entonces él, recostándose sobre el pecho de Jesús, le dijo: — Señor, ¿quién es?

  • Juan 13:26

    Jesús contestó: — Es aquel para quien yo mojo el bocado y se lo doy. Y mojando el bocado, lo tomó y se lo dio a Judas hijo de Simón Iscariote.

  • Juan 13:27

    Después del bocado, Satanás entró en él. Entonces le dijo Jesús: — Lo que estás haciendo, hazlo pronto.

  • Juan 13:28

    Ninguno de los que estaban a la mesa entendió para qué le dijo esto

  • Juan 13:29

    porque algunos pensaban, puesto que Judas tenía la bolsa, que Jesús le decía: “Compra lo que necesitamos para la fiesta”, o que diera algo a los pobres.

  • Juan 13:30

    Cuando tomó el bocado, él salió en seguida; y ya era de noche.

  • Juan 13:31

    Cuando Judas había salido, dijo Jesús: — Ahora es glorificado el Hijo del Hombre, y Dios es glorificado en él.

  • Juan 13:32

    Si Dios es glorificado en él, también Dios lo glorificará en sí mismo. Y pronto lo glorificará.

  • Juan 13:33

    Hijitos, todavía sigo un poco con ustedes. Me buscarán pero, como dije a los judíos: “A donde yo voy ustedes no pueden ir”, así les digo a ustedes ahora.

  • Juan 13:34

    »Un mandamiento nuevo les doy: que se amen los unos a los otros. Como los he amado, ámense también ustedes los unos a los otros.

  • Juan 13:35

    En esto conocerán todos que son mis discípulos: si tienen amor los unos por los otros.

  • Juan 13:36

    Simón Pedro le dijo: — Señor, ¿a dónde vas? Le respondió Jesús: — A donde yo voy no me puedes seguir ahora, pero me seguirás más tarde.

  • Juan 13:37

    Le dijo Pedro: — Señor, ¿por qué no te puedo seguir ahora? ¡Mi vida pondré por ti!

  • Juan 13:38

    Jesús le respondió: — ¿Tu vida pondrás por mí? De cierto, de cierto te digo que no cantará el gallo antes que me hayas negado tres veces.

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