Explicación, estudio y comentario bíblico de Juan 18:3-11 verso por verso
Entonces Judas, tomando una compañía de soldados romanos y guardias de los principales sacerdotes y de los fariseos, fue allí con antorchas, lámparas y armas.
Pero Jesús, sabiendo todas las cosas que le habían de acontecer, se adelantó y les dijo: — ¿A quién buscan?
Le contestaron: — A Jesús de Nazaret. Les dijo Jesús: — Yo Soy. Estaba también con ellos Judas, el que lo entregaba.
Cuando les dijo, “Yo Soy”, volvieron atrás y cayeron a tierra.
Les preguntó, pues, de nuevo: — ¿A quién buscan? Ellos dijeron: — A Jesús de Nazaret.
Jesús respondió: — Les dije que Yo Soy. Pues si a mí me buscan, dejen ir a estos.
Esto hizo para que se cumpliera la palabra que él dijo: “De los que me diste, ninguno de ellos perdí”.
Entonces Simón Pedro, que tenía una espada, la sacó, hirió al siervo del sumo sacerdote y le cortó la oreja derecha. Y el siervo se llamaba Malco.
Entonces Jesús dijo a Pedro: — Mete tu espada en la vaina. ¿No he de beber la copa que el Padre me ha dado?