Explicación, estudio y comentario bíblico de Juan 18:9-10 verso por verso
Esto hizo para que se cumpliera la palabra que él dijo: “De los que me diste, ninguno de ellos perdí”.
Entonces Simón Pedro, que tenía una espada, la sacó, hirió al siervo del sumo sacerdote y le cortó la oreja derecha. Y el siervo se llamaba Malco.