Explicación, estudio y comentario bíblico de Juan 20:19-25 verso por verso
Al anochecer de aquel día, el primero de la semana, y estando las puertas cerradas en el lugar donde los discípulos se reunían por miedo a los judíos, Jesús entró, se puso en medio de ellos y les dijo: “¡Paz a ustedes!”.
Habiendo dicho esto, les mostró las manos y el costado. Los discípulos se regocijaron cuando vieron al Señor.
Entonces Jesús les dijo otra vez: “¡Paz a ustedes! Como me ha enviado el Padre, así también yo los envío a ustedes”.
Habiendo dicho esto, sopló y les dijo: “Reciban el Espíritu Santo.
A los que remitan los pecados, les han sido remitidos; y a quienes se los retengan, les han sido retenidos”.
Pero Tomás, llamado Dídimo, uno de los doce, no estaba con ellos cuando vino Jesús.
Entonces los otros discípulos le decían: — ¡Hemos visto al Señor! Pero él les dijo: — Si yo no veo en sus manos la marca de los clavos, y si no meto mi dedo en la marca de los clavos y si no meto mi mano en su costado, no creeré jamás.