Explicación, estudio y comentario bíblico de Juan 3:1-12 verso por verso
Y había un hombre de los fariseos que se llamaba Nicodemo, un gobernante de los judíos.
Este vino a Jesús de noche y le dijo: — Rabí, sabemos que has venido de Dios como maestro porque nadie puede hacer estas señales que tú haces a menos que Dios esté con él.
Respondió Jesús y le dijo: — De cierto, de cierto te digo que, a menos que nazca de nuevo, uno no puede ver el reino de Dios.
Nicodemo le dijo: — ¿Cómo puede nacer un hombre si ya es viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre y nacer?
Respondió Jesús: — De cierto, de cierto te digo que, a menos que nazca de agua y del Espíritu, uno no puede entrar en el reino de Dios.
Lo que ha nacido de la carne, carne es; y lo que ha nacido del Espíritu, espíritu es.
No te maravilles de que te dije: “Les es necesario nacer de nuevo”.
El viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido pero no sabes ni de dónde viene ni a dónde va. Así es todo aquel que ha nacido del Espíritu.
Respondió Nicodemo y le dijo: — ¿Cómo puede suceder eso?
Respondió Jesús y le dijo: — Tú eres el maestro de Israel, ¿y no sabes esto?
De cierto, de cierto te digo que hablamos de lo que sabemos; y testificamos de lo que hemos visto. Pero ustedes no reciben nuestro testimonio.
Si les hablé de cosas terrenales y no creen, ¿cómo creerán si les hablo de las celestiales?