• Juan 5:2

    En Jerusalén, junto a la puerta de las Ovejas, hay un estanque con cinco pórticos que en hebreo se llama Betesda.

  • Juan 5:3

    En ellos yacía una multitud de enfermos, ciegos, cojos y paralíticos

  • Juan 5:4

    [2].

  • Juan 5:5

    Se encontraba allí cierto hombre que había estado enfermo durante treinta y ocho años.

  • Juan 5:6

    Cuando Jesús lo vio tendido y supo que ya había pasado tanto tiempo así, le preguntó: — ¿Quieres ser sano?

  • Juan 5:7

    Le respondió el enfermo: — Señor, no tengo a nadie que me meta en el estanque cuando el agua es agitada; y mientras me muevo yo, otro desciende antes que yo.

  • Juan 5:8

    Jesús le dijo: — Levántate, toma tu cama y anda.

  • Juan 5:9

    Y en seguida el hombre fue sanado, tomó su cama y anduvo. Y aquel día era sábado.

  • Juan 5:10

    Entonces los judíos le decían a aquel que había sido sanado: — Es sábado y no te es lícito llevar tu cama.

  • Juan 5:11

    Pero él les respondió: — El que me sanó, él mismo me dijo: “Toma tu cama y anda”.

  • Juan 5:12

    Entonces le preguntaron: — ¿Quién es el hombre que te dijo: “Toma tu cama y anda”?

  • Juan 5:13

    Pero el que había sido sanado no sabía quién había sido, porque Jesús se había apartado pues había mucha gente en el lugar.

  • Juan 5:14

    Después Jesús lo halló en el templo y le dijo: — He aquí, has sido sanado; no peques más para que no te ocurra algo peor.

  • Juan 5:15

    El hombre se fue y declaró a los judíos que Jesús era el que lo había sanado.

  • Juan 5:16

    Por esta causa los judíos perseguían a Jesús, porque hacía estas cosas en sábado.

  • Juan 5:17

    Pero Jesús les respondió: — Mi Padre hasta ahora trabaja; también yo trabajo.

  • Juan 5:18

    Por esta razón los judíos aún más procuraban matarle, porque no solo quebrantaba el sábado sino que también llamaba a Dios su propio Padre, haciéndose igual a Dios.

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