Explicación, estudio y comentario bíblico de Juan 5:23-43 verso por verso
para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo, no honra al Padre que lo envió.
»De cierto, de cierto les digo que el que oye mi palabra y cree al que me envió tiene vida eterna. El tal no viene a condenación sino que ha pasado de muerte a vida.
De cierto, de cierto les digo que viene la hora, y ahora es, cuando los muertos oirán la voz del Hijo de Dios, y los que oyen vivirán.
Porque así como el Padre tiene vida en sí mismo, así también dio al Hijo el tener vida en sí mismo.
Y también le dio autoridad para hacer juicio, porque él es el Hijo del Hombre.
No se asombren de esto, porque vendrá la hora cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz
y saldrán, los que hicieron el bien para la resurrección de vida pero los que practicaron el mal para la resurrección de condenación.
Yo no puedo hacer nada de mí mismo. Como oigo, juzgo; y mi juicio es justo porque no busco la voluntad mía sino la voluntad del que me envió.
»Si yo doy testimonio de mí mismo, mi testimonio no es verdadero.
El que da testimonio de mí es otro, y sé que el testimonio que da de mí es verdadero.
Ustedes enviaron mensajeros a Juan, y él ha dado testimonio de la verdad.
Pero yo no recibo el testimonio de parte del hombre; más bien, digo esto para que ustedes sean salvos.
Él era antorcha que ardía y alumbraba, y ustedes quisieron regocijarse por un poco en su luz.
»Pero yo tengo un testimonio mayor que el de Juan; porque las obras que el Padre me ha dado para cumplirlas, las mismas obras que hago dan testimonio de mí de que el Padre me ha enviado.
»Y el Padre que me envió ha dado testimonio de mí. Pero nunca han oído su voz ni han visto su apariencia
ni tienen su palabra permaneciendo en ustedes; porque ustedes no creen a quien él envió.
Escudriñen las Escrituras, porque les parece que en ellas tienen vida eterna y ellas son las que dan testimonio de mí.
Y ustedes no quieren venir a mí para que tengan vida.
»No recibo gloria de parte de los hombres.
Al contrario, yo los conozco que no tienen el amor de Dios en ustedes.
Yo he venido en nombre de mi Padre, y no me reciben. Si otro viniera en su propio nombre, a aquel recibirían.