Explicación, estudio y comentario bíblico de Juan 6:31-58 verso por verso
Nuestros padres comieron el maná en el desierto, como está escrito: Pan del cielo les dio a comer.
Por tanto Jesús les dijo: — De cierto, de cierto les digo que no les ha dado Moisés el pan del cielo sino mi Padre les da el verdadero pan del cielo.
Porque el pan de Dios es aquel que desciende del cielo y da vida al mundo.
Le dijeron: — Señor, danos siempre este pan.
Jesús les dijo: — Yo soy el pan de vida. El que a mí viene nunca tendrá hambre, y el que en mí cree no tendrá sed jamás.
Pero les he dicho que me han visto, y no creen.
Todo lo que el Padre me da vendrá a mí; y al que a mí viene jamás lo echaré fuera.
Porque yo he descendido del cielo no para hacer la voluntad mía sino la voluntad del que me envió.
Y esta es la voluntad del que me envió: que yo no pierda nada de todo lo que me ha dado, sino que lo resucite en el día final.
Esta es la voluntad de mi Padre: que todo aquel que mira al Hijo y cree en él tenga vida eterna, y que yo lo resucite en el día final.
Entonces los judíos murmuraban de él porque había dicho: “Yo soy el pan que descendió del cielo”.
Y decían: — ¿No es este Jesús, el hijo de José? ¿No conocemos a su padre y a su madre? ¿Cómo es que ahora dice: “He descendido del cielo”?
Jesús respondió y les dijo: — No murmuren más entre ustedes.
Nadie puede venir a mí a menos que el Padre que me envió lo traiga; y yo lo resucitaré en el día final.
Está escrito en los Profetas: Y serán todos enseñados por Dios. Así que todo aquel que oye y aprende del Padre viene a mí.
No es que alguien haya visto al Padre, sino que aquel que proviene de Dios, este ha visto al Padre.
De cierto, de cierto les digo: El que cree tiene vida eterna.
Yo soy el pan de vida.
Sus padres comieron el maná en el desierto y murieron.
Este es el pan que desciende del cielo para que el que coma de él no muera.
Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguno come de este pan vivirá para siempre. El pan que yo daré por la vida del mundo es mi carne.
Entonces los judíos contendían entre sí, diciendo: — ¿Cómo puede este darnos a comer su carne?
Y Jesús les dijo: — De cierto, de cierto les digo que si no comen la carne del Hijo del Hombre y beben su sangre, no tienen vida en ustedes.
El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el día final.
Porque mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida.
El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí, y yo en él.
Así como me envió el Padre viviente, y yo vivo por el Padre, de la misma manera el que me come también vivirá por mí.
Este es el pan que descendió del cielo. No como los padres que comieron y murieron; el que come de este pan vivirá para siempre.