Explicación, estudio y comentario bíblico de Juan 6:35-50 verso por verso
Jesús les dijo: — Yo soy el pan de vida. El que a mí viene nunca tendrá hambre, y el que en mí cree no tendrá sed jamás.
Pero les he dicho que me han visto, y no creen.
Todo lo que el Padre me da vendrá a mí; y al que a mí viene jamás lo echaré fuera.
Porque yo he descendido del cielo no para hacer la voluntad mía sino la voluntad del que me envió.
Y esta es la voluntad del que me envió: que yo no pierda nada de todo lo que me ha dado, sino que lo resucite en el día final.
Esta es la voluntad de mi Padre: que todo aquel que mira al Hijo y cree en él tenga vida eterna, y que yo lo resucite en el día final.
Entonces los judíos murmuraban de él porque había dicho: “Yo soy el pan que descendió del cielo”.
Y decían: — ¿No es este Jesús, el hijo de José? ¿No conocemos a su padre y a su madre? ¿Cómo es que ahora dice: “He descendido del cielo”?
Jesús respondió y les dijo: — No murmuren más entre ustedes.
Nadie puede venir a mí a menos que el Padre que me envió lo traiga; y yo lo resucitaré en el día final.
Está escrito en los Profetas: Y serán todos enseñados por Dios. Así que todo aquel que oye y aprende del Padre viene a mí.
No es que alguien haya visto al Padre, sino que aquel que proviene de Dios, este ha visto al Padre.
De cierto, de cierto les digo: El que cree tiene vida eterna.
Yo soy el pan de vida.
Sus padres comieron el maná en el desierto y murieron.
Este es el pan que desciende del cielo para que el que coma de él no muera.