Explicación, estudio y comentario bíblico de Juan 7:37-45 verso por verso
Pero en el último y gran día de la fiesta, Jesús se puso de pie y alzó la voz diciendo: — Si alguno tiene sed, venga a mí y beba.
El que cree en mí, como dice la Escritura, ríos de agua viva correrán de su interior.
Esto dijo acerca del Espíritu que habían de recibir los que creyeran en él, pues todavía no había sido dado el Espíritu porque Jesús aún no había sido glorificado.
Entonces, cuando algunos de la multitud oyeron estas palabras, decían: “¡Verdaderamente, este es el profeta!”.
Otros decían: “Este es el Cristo”. Pero otros decían: “¿De Galilea habrá de venir el Cristo?
¿No dice la Escritura que el Cristo vendrá de la descendencia de David y de la aldea de Belén, de donde era David?”.
Así que había disensión entre la gente por causa de él.
Algunos de ellos querían tomarlo preso, pero ninguno le echó mano.
Luego los guardias regresaron a los principales sacerdotes y a los fariseos, y estos les dijeron: — ¿Por qué no lo trajeron?