Explicación, estudio y comentario bíblico de Juan 8:46-59 verso por verso
¿Quién de ustedes me halla culpable de pecado? Y si digo la verdad, ¿por qué ustedes no me creen?
El que es de Dios escucha las palabras de Dios. Por esta razón ustedes no las escuchan, porque no son de Dios.
Respondieron los judíos y le dijeron: — ¿No decimos bien nosotros que tú eres samaritano y que tienes demonio?
Respondió Jesús: — Yo no tengo demonio. Más bien, honro a mi Padre; pero ustedes me deshonran.
Yo no busco mi gloria; hay quien la busca y juzga.
De cierto, de cierto les digo que si alguno guarda mi palabra nunca verá la muerte para siempre.
Entonces los judíos le dijeron: — ¡Ahora sabemos que tienes demonio! Abraham murió, y también los profetas; y tú dices: “Si alguno guarda mi palabra nunca gustará muerte para siempre”.
¿Eres tú acaso mayor que nuestro padre Abraham quien murió, o los profetas quienes también murieron? ¿Quién pretendes ser?
Respondió Jesús: — Si yo me glorifico a mí mismo mi gloria no es nada. El que me glorifica es mi Padre, de quien ustedes dicen: “Es nuestro Dios”.
Y ustedes no lo conocen. Pero yo sí lo conozco. Si digo que no lo conozco seré mentiroso como ustedes. Pero lo conozco y guardo su palabra.
Abraham, el padre de ustedes, se regocijó de ver mi día. Él lo vio y se gozó.
Entonces le dijeron los judíos: — Aún no tienes ni cincuenta años, ¿y has visto a Abraham?
Les dijo Jesús: — De cierto, de cierto les digo que antes que Abraham existiera, Yo Soy.
Entonces tomaron piedras para arrojárselas, pero Jesús se ocultó y salió del templo.