Explicación, estudio y comentario bíblico de Juan 9:1-14 verso por verso
Mientras pasaba Jesús, vio a un hombre ciego de nacimiento,
y sus discípulos le preguntaron diciendo: — Rabí, ¿quién pecó, este o sus padres, para que naciera ciego?
Respondió Jesús: — No es que este pecó, ni tampoco sus padres. Al contrario, fue para que las obras de Dios se manifestaran en él.
Me es preciso hacer las obras del que me envió mientras dure el día. La noche viene cuando nadie puede trabajar.
Mientras yo esté en el mundo, luz soy del mundo.
Dicho esto, escupió en tierra, hizo lodo con la saliva y con el lodo untó los ojos del ciego.
Y le dijo: — Ve, lávate en el estanque de Siloé (que significa enviado). Por tanto fue, se lavó y regresó viendo.
Entonces los vecinos y los que antes lo habían visto que era mendigo decían: — ¿No es este el que se sentaba para mendigar?
Unos decían: — Este es. Y otros: — No. Pero se parece a él. Él decía: — Yo soy.
Entonces le decían: — ¿Cómo te fueron abiertos los ojos?
Él respondió: — El hombre que se llama Jesús hizo lodo, me untó los ojos y me dijo: “Ve a Siloé y lávate”. Entonces, cuando fui y me lavé, recibí la vista.
Y le dijeron: — ¿Dónde está él? Él dijo: — No sé.
Llevaron ante los fariseos al que antes era ciego,
porque el día en que Jesús hizo lodo y le abrió los ojos era sábado.