Explicación, estudio y comentario bíblico de Juan 9:26-33 verso por verso
Luego le dijeron: — ¿Qué te hizo? ¿Cómo te abrió los ojos?
Les contestó: — Ya les dije y no escucharon. ¿Por qué lo quieren oír otra vez? ¿Acaso quieren también ustedes hacerse sus discípulos?
Entonces lo ultrajaron y dijeron: — ¡Tú eres discípulo de él! ¡Pero nosotros somos discípulos de Moisés!
Nosotros sabemos que Dios ha hablado por Moisés, pero este no sabemos de dónde sea.
Respondió el hombre y les dijo: — ¡Pues en esto sí tenemos una cosa maravillosa! Que ustedes no sepan de dónde es, y a mí me abrió los ojos.
Sabemos que Dios no oye a los pecadores; pero si alguien es temeroso de Dios y hace su voluntad, a ese oye.
Desde la eternidad nunca se oyó que alguien abriera los ojos de uno que había nacido ciego.
Si este no procediera de Dios, no podría hacer nada.