Explicación, estudio y comentario bíblico de Judas 1:1-11 verso por verso
Judas, siervo de Jesucristo y hermano de Santiago, a los llamados, amados en Dios Padre y guardados en Jesucristo:
Misericordia, paz y amor les sean multiplicados.
Amados, mientras me esforzaba por escribirles acerca de nuestra común salvación me ha sido necesario escribir para exhortarles a que contiendan eficazmente por la fe que fue entregada una vez a los santos.
Porque algunos hombres han entrado encubiertamente, los cuales desde antiguo habían sido destinados para esta condenación. Ellos son hombres impíos, que convierten la gracia de nuestro Dios en libertinaje, y niegan al único Soberano y Señor nuestro, Jesucristo.
Ahora bien, quiero hacerles recordar, ya que todo lo han sabido, que el Señor, al librar al pueblo una vez de la tierra de Egipto, después destruyó a los que no creyeron.
También a los ángeles que no guardaron su primer estado sino que abandonaron su propia morada los ha reservado bajo tinieblas en prisiones eternas para el juicio del gran día.
Asimismo, Sodoma, Gomorra y las ciudades vecinas, que de la misma manera fornicaron y fueron tras vicios contra lo natural, son puestas por ejemplo, sufriendo la pena del fuego eterno.
De la misma manera, también estos soñadores mancillan la carne, rechazan toda autoridad y maldicen las potestades superiores.
Pero ni aun el arcángel Miguel, cuando contendía disputando con el diablo sobre el cuerpo de Moisés, se atrevió a pronunciar un juicio de maldición contra él sino que dijo: “El Señor te reprenda”.
Pero estos maldicen lo que no conocen; y en lo que por instinto comprenden, se corrompen como animales irracionales.
¡Ay de ellos! Porque han seguido el camino de Caín; por recompensa se lanzaron en el error de Balaam y perecieron en la insurrección de Coré.