Explicación, estudio y comentario bíblico de Jueces 11:34-35 verso por verso
Entonces Jefté llegó a su casa en Mizpa. Y he aquí que su hija salió a su encuentro con panderos y danzas. Ella era su única hija; aparte de ella no tenía hijo ni hija.
Y sucedió que cuando él la vio, rasgó sus ropas y dijo: — ¡Ay, hija mía! ¡De veras me has abatido y estás entre los que me afligen! Porque he abierto mi boca ante el SEÑOR y no podré retractarme.