Explicación, estudio y comentario bíblico de Jueces 13:1-7 verso por verso
Los hijos de Israel volvieron a hacer lo malo ante los ojos del SEÑOR, y los entregó el SEÑOR en mano de los filisteos durante cuarenta años.
Había un hombre de Zora, de la familia de los danitas, que se llamaba Manoa. Su mujer era estéril y nunca había dado a luz.
Y el ángel del SEÑOR se apareció a la mujer y le dijo: — He aquí que tú eres estéril y no has dado a luz, pero concebirás y darás a luz un hijo.
Ahora, guárdate de beber vino o licor. Tampoco comas nada inmundo,
porque he aquí que concebirás y darás a luz un hijo sobre cuya cabeza no pasará navaja, porque el niño será nazareo de Dios desde el vientre de su madre. Él comenzará a librar a Israel de mano de los filisteos.
La mujer fue y se lo contó a su marido diciendo: — Un hombre de Dios ha venido a mí, y su aspecto era como el aspecto de un ángel de Dios, temible en gran manera. No le pregunté de dónde era y él no me dijo su nombre.
Pero me dijo: “He aquí que concebirás y darás a luz un hijo. Ahora pues, no bebas vino ni licor; no comas nada inmundo, porque el niño será nazareo de Dios desde el vientre de su madre hasta el día de su muerte”.