• Jueces 13:9

    Dios escuchó la voz de Manoa, y el ángel de Dios volvió otra vez a la mujer, cuando ella estaba sentada en el campo, pero Manoa su marido no estaba con ella.

  • Jueces 13:10

    La mujer se apresuró, corrió y avisó a su marido diciéndole: — ¡He aquí que se me ha aparecido el hombre que vino a mí el otro día!

  • Jueces 13:11

    Manoa se levantó y siguió a su mujer; y cuando llegó al hombre, le preguntó: — ¿Eres tú el hombre que habló a la mujer? Él respondió: — Sí, yo soy.

  • Jueces 13:12

    Entonces Manoa dijo: — Cuando tu palabra se cumpla, ¿cuál será la norma de vida para el niño y qué se ha de hacer con él?

  • Jueces 13:13

    Y el ángel del SEÑOR respondió a Manoa: — La mujer se guardará de todas las cosas que le dije:

  • Jueces 13:14

    Que no coma nada que provenga de la vid ni beba vino ni licor ni coma nada inmundo. Ha de guardar todo lo que le he mandado.

  • Jueces 13:15

    Entonces Manoa dijo al ángel del SEÑOR: — Permítenos detenerte y preparar para ti un cabrito del rebaño.

  • Jueces 13:16

    Y el ángel del SEÑOR respondió a Manoa: — Aunque me detengas, no comeré de tu comida. Pero si quieres ofrecer holocausto, ofrécelo al SEÑOR. Manoa no sabía que él era el ángel del SEÑOR.

  • Jueces 13:17

    Entonces Manoa preguntó al ángel del SEÑOR: — ¿Cuál es tu nombre, para que te honremos cuando se cumpla tu palabra?

  • Jueces 13:18

    El ángel del SEÑOR le respondió: — ¿Por qué preguntas por mi nombre? Es Admirable.

  • Jueces 13:19

    Manoa tomó un cabrito del rebaño con su ofrenda vegetal, y lo sacrificó sobre la peña al SEÑOR. Entonces él hizo un prodigio ante la vista de Manoa y de su mujer.

  • Jueces 13:20

    Aconteció que mientras la llama subía del altar hacia el cielo, el ángel del SEÑOR subió en la llama del altar ante la vista de Manoa y de su mujer, quienes se postraron en tierra sobre sus rostros.

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